En náhuatl, Yōlli significa vida, movimiento, el corazón que late.
La bicicleta es ese corazón que impulsa cada pedalazo y cada sueño del ciclista. Con esa idea nace la Familia Yōlli, pensada para proteger a la bici en el momento más vulnerable: el viaje.
Cuando ruedas lejos de casa, lo más valioso no es solo llegar, sino hacerlo con la certeza de que tu compañera de ruta estará lista, intacta y segura.